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El 5 de enero de 2012 entró en vigor la Ley sobre Titularidad compartida de las explotaciones agrarias con objeto de paliar la situación de desigualdad e invisibilización del trabajo de las mujeres rurales en el sector agrario y ganadero.
Canta Sabina en su canción “Y sin embargo te quiero“ que, paradójicamente, “dos no es igual que uno más uno”. Pero en el caso de las parejas rurales en régimen de Titularidad Compartida es precisamente todo lo contrario: 2 = 1 + 1.
Dos sí es igual que uno más uno. Porque donde hay dos, cotizan dos.
La Ley 35/2011 sobre titularidad compartida de las explotaciones agrarias entra en vigor el 5 de enero de 2012 con objeto de paliar la situación de desigualdad e invisibilización del trabajo de las mujeres rurales en el sector agrario y ganadero desde hace décadas. No lo puede describir mejor Maruja Bujedo, una de las protagonistas del último vídeo realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) para dar a conocer el trabajo y las ventajas de las parejas cogidas a la Titularidad Compartida: “antes cotizaba sólo el marido. Ibas con ellos al campo, y luego tenías que hacer lo de la casa y la mujer no cotizaba”.
Efectivamente, las mujeres representan más de un tercio de las personas que trabajan en las explotaciones agrarias familiares, pero, en la mayor parte de los casos, tan sólo los hombres figuran como titulares de las explotaciones mientras que ellas aparecen como cónyuges en la categoría de “ayuda familiar”. Pese a que la inmensa mayoría de las mujeres agricultoras comparten las tareas agrícolas de las explotaciones familiares con sus parejas, estas actividades son vistas como una extensión de sus tareas domésticas.
Quedan claros pues los objetivos de esta ley:
Las altas que actualmente hay dadas en régimen de titularidad compartida
León es la provincia que lidera la estadística de titularidades compartidas en el campo en España.
Las últimas altas realizadas por provincias pueden consultarse aquí.
Como novedad, y para motivar la acogida a este régimen, el ministerio de Luis Planas ha convocado a finales de 2021 unas subvenciones directas a las explotaciones agrarias de Titularidad Compartida por valor de 1 millón de euros. El objetivo de esta subvención es triple:
El plazo para solicitar esta subvención concluyó el pasado 1 de diciembre y la convocatoria aún no ha sido resuelta. La resolución de la misma puede consultarse aquí.
Titularidad compartida, y no discriminatoria. Para todas y para todos. Independientemente de su sexo, orientación sexual, raza o género.
Porque lo tradicional es que una mujer se incorpore a la explotación agrícola de un hombre. Pero raros son los casos en que sucede a la inversa. Y extraordinarios aquellos en que la titularidad la comparten dos personas del mismo sexo. Pero también amparadas por la Ley 35/2011.
Obviamente, la titularidad compartida se trata de una herramienta muy adecuada en el caso de matrimonios porque supone la participación de ambos cónyuges como cotizantes. No obstante, la norma comprende otras fórmulas de unión que engloba en la categoría de ‘análoga relación de afectividad’.
Y es a este epígrafe al que se han podido adscribir, por ejemplo, Montse Laya y Marta Méndez, dueñas de “As fadegas”, una finca de agricultura ecológica en Ribadeo (Lugo, Galicia), y protagonistas de un vídeo realizado por el MAPA en el que explican su situación. O Isidro y Baldo, la única pareja gay de Castilla y León que se acoge a la titularidad compartida en una explotación agraria, concretamente para su negocio de vacuno de carne en Tejedo del Sil (Palacios del Sil).
En cualquiera de los casos, no hace falta estar casados, por lo que basta configurar la titularidad compartida con la condición de ‘análoga relación de afectividad’ para que vaya a parar el 50% de los rendimientos a cada uno de los miembros de la pareja.
Puede consultarse la aplicación de la TC en su manual informativo.
Tanto para las parejas. Como para el trabajo que ha de realizarse periódicamente en la difusión de esta ley que permite un amparo legal y justo para todas aquellas personas que trabajan de igual a igual en el campo y precisan de un reconocimiento equitativo.
De ahí que los esfuerzos en que las altas sean progresivas y la Ley 35/2011 sea conocida por toda la sociedad se traduce en un trabajo de información constante y actualizado, así como de grupos de trabajo y acciones específicas para tal menester.
Una prueba es el boletín de titularidad compartida, de periodicidad trimestral y en el aire desde 2018. En él se dan cuenta de las nuevas altas por provincias cada trimestre, así como de los hitos y protagonistas de la TC en esos meses a través de entrevistas, reportajes, etc.
De importancia son también los Grupos de Trabajo impulsados desde el MAPA en todas las comunidades autónomas para mejorar el acceso a la información, y cuyos contactos se pueden consultar aquí. Así como las jornadas de formación sobre TC.
A fin de cuentas, tal y como reza la sabiduría popular “Si compartes tu pan, te gustará más. Si compartes tu felicidad, entonces aumentará”. Y si encima el reparto del trabajo y de sus beneficios, es equitativo… ¿Qué más se puede pedir?

Alejandro Simón Carpintero, Periodista Agroalimentario especializado en Desarrollo Rural
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